dissabte, 25 de febrer del 2017

Don Edi y las miserias del humor

Resultat d'imatges de donedi

El día 14 de febrero, el Diari de Terrassa se presentó en la calle con la viñeta de arriba en sus páginas. No es habitual que un suceso tan "local" adquiera las dimensiones que tuvo el asunto, pero el caso es que desde El País hasta El diario.es se hicieron eco del caso. La noticia no era el dibujo en sí (eso que se llama "humor gráfico" y que está en toda la prensa) sino el comunicado que hicieron los trabajadores del Diari, en donde expresaron su malestar por esa muestra de humor tan lamentable. La noticia interesante estaba ahí, en el comunicado de los trabajadores del medio, ya que el chiste y su autor no merecen ningún relieve.

En su comunicado, los trabajadores del Diari hablan de su malestar, de la violencia de machista y de su tratamiento en la prensa y en los medios en general. Y, en definitiva, de un problema que no es de la prensa sino de la sociedad, pero es un problema que, como tantos otros, los medios pueden modular. Hay que tener mucha inteligencia y sobretodo mucha sensibilidad para abordar esta cuestión. Dos virtudes de las cuales carece por completo el autor del chiste, pero cabe preguntarse cómo es posible que la dirección del Diari no tuviese objeción alguna en publicarlo. Eso es preocupante y por eso fue noticia.

Un par de días más tarde, y viendo el revuelo levantado con la viñeta, tanto su autor como la dirección del periódico pidieron disculpas. Uno diría que las piden con la boca pequeña, más por compromiso que por convicción sincera. O incluso por el temor a perder algo, algo que ellos sabrán lo que es: ¿prestigio? ¿ventas? ¿puesto de trabajo?

Cuando era pequeño y veía a un indigente pidiendo limosna en la calle, mi madre respondía a mis preguntas diciéndome que la culpa la tenía Franco. Y cuenta Luis Goytisolo que estaba convencido de que, con la muerte de Franco, el fútbol perdería relieve y devendría residual, como el boxeo o los toros. Tanto mi madre -de barrio y de clase humilde- como Goytisolo -intelectual de clase alta- se equivocaron por completo. Lo mismo puede decirse de ese fenómeno atroz llamado "violencia de ¿género?", que es una forma de nombrarlo bastante malintencionada, eufemismo barroco y manipulador que pretende ocultar algo infame, pero sobre todo algo enorme y global, monstruoso. Algo que ni 30 años de educación en democracia han resuelto, algo que quizás crece ante nuestra mirada impávida y que la "crisis", con sus tensiones, ha desvelado con una crudeza inesperada.

Vivimos en un mundo (en una sociedad) progresivamente tensionado porque es posible que esa tensión constante les convenga a quienes detentan el poder: fracturar, romper, violentar. Dividir. Eso lo sabían ya los emperadores de Roma y nos lo aplican de nuevo. Catalanes contra españoles, hombres contra mujeres: todo vale para mantenernos ocupados en las miserias.

El humor puede sanar heridas, pero la banalización de un problema grave es un error monumental. Cuando me miro tres veces la viñeta de ese "humorista" que se oculta bajo el pseudónimo de "Don Edi" descubro algo malsano otra vez: en su broma hay un indiscutible deje clasista. El maltratador que aparece dibujado es, indudablemente, un paria. ¿Pretende decir que quienes maltratan a las mujeres son hombres de clase baja y que eso es un asunto de catetos o de pobres? Me temo que Don Edi no solo usa un pseudónimo de señorito de mierda, si no que se comporta como eso, como un auténtico señorito de mierda cuando piensa y cuando produce esas desafortunadas muestras de un ingenio dudoso, lamentable y facilón. Porque cuando un señorito se ríe de los pobres hay algo deplorable y vetusto, algo triste y que surge de ese pasado atroz, de la oscuridad del franquismo, del caciquismo y de todos los “ismos” de aquellos tiempos de la miseria intelectual más profunda de la que venimos. De la que venimos todos. Algunos hemos intentado combatirla dentro de nosotros y la hemos superado o más o menos, pero es evidente que hay quién todavía vive allí y se regocija allí, en su medio fangoso, como el cocodrilo ancestral.

O nos ponemos en serio en la cuestión o la cuestión nos va a arrastrar hacia el desastre. Lo intolerable es solo intolerable, sin más apelativos ni excusas. Eso es lo que dijeron los trabajadores del Diari de Terrassa, eso es lo importante.

[No me extraña lo más mínimo que Don Edi publique a menudo otras muestras de humor gráfico en las que se posiciona a favor del secesionismo catalán y contra las leyes o la Constitución, y aunque ese sea otro asunto en realidad es el mismo: hay unos que se creen mejores que otros.]

9 comentaris:

  1. Mira Lluís, ja no es pot fer humor de gairebé res, el Perich o altres de la seva época la meitat dels seus acudits a dia d'avui non són publicables, i l'humor o és transgressió no és, sigui més o menys afortunat.

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    1. És un tema delicat perquè es podria pensar que vull censurar. Però per què no es riuen dels poderosos, que és molt més sa? Quina gràcia té riure's dels analfabets i alimentar el monstre de la violència masclista?

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  2. Bon article, com sempre. Una vinyeta amb molt mal humor!!! Sense referir-me a aquesta vinyeta estic d'acord amb Francesc Puigcarbó. Avui dia és dificil fer segons quin humor i parlar de segons què, per ser mal interpretats. És molt complicat.

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  3. Estic d'acord que és un acudit molt lamentable, però estic molt d'acord amb el Francesc: ara no es pot fer humor de res, deu nos guard de fer broma d'una incorrecció política o religiosa. Això és el símbol més evident d'una societat malalta: la pèrdua del sentit de l'humor. Sempre em costa discernir sobre això... És bona l'autocensura de la correcció?

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  4. Suposo que entenc la malaltia (i també la mort en la mesura q es pot) com un acte íntim, privat. Alhora, puc entendre que aquest noi volgués compartir-la, potser això el va ajudar i li va donar ànims per seguir. Qui ho sap. Ara tot pot ser un espectacle, si és vol. Res a dir si el malalt ho decideix sobre si mateix.

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  5. Suposo que entenc la malaltia (i també la mort en la mesura q es pot) com un acte íntim, privat. Alhora, puc entendre que aquest noi volgués compartir-la, potser això el va ajudar i li va donar ànims per seguir. Qui ho sap. Ara tot pot ser un espectacle, si és vol. Res a dir si el malalt ho decideix sobre si mateix.

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