Lo mío con las series es imposible. Soy incapaz de seguir a una sola de ellas. Las pocas que he visto han sido las más breves, las que constan de tres, cuatro o cinco capítulos. Creo que la más extensa fué "True detective" y sostengo todavía que es muy recomendable, aunque lo sería mucho más con tres capítulos de menos.
Para los amantes del género "noir" recomendaría "Rillington Place" (Filmin), en donde se hace un ejercicio de estilo narrativo nada desdeñable a partir de un suceso de la Inglaterra de los años 40. La verdad es que el "noir" me tiene bastante harto, pero a veces hay excepciones honrosas, buenas interpretaciones y voluntad de innovación. Cosa rara en el asunto del folletín televisivo.
A pesar de mis reticencias, me dispuse a ver "Remember me", (Filmin, de nuevo) una producción inglesa a la que acudí tras descubrir que constaba de ¡tan solo 3 capítulos! una maravilla de contención poco frecuente. Otro atractivo de la serie es que está protagonizada por el admirable Michael Palin, el de Monthy Python (¡quién no se acuerda del gobernador romano de Judea en "La vida de Brian"!). Palin, pasados los ochenta, explora nuevos registros interpretativos y ofrece una actuación dulce y melancólica, triste. Aunque hay ocasiones en las que asoma la mirada del cómico pillo en sus ojitos, ahora debilitados por el paso de los años en un rostro surcado por arrugas. Hay que destacar un plano de su mano, extendida a través de la ventanilla del coche para sentir el viento y las gotas de una lluvia que se avecina a lo largo de los 180 minutos. ¡Qué fotogramas tan tiernos! Esa mano octogenaria, surcada por un mundo de arrugas, que pretende gozar de estar vivo tras tantos años de vida. Hay una poesía en esta secuencia.
Luego está lo demás: aunque los guionistas hablan de un cuento basado en el universo de Lovecraft, yo diría que hay algo más próximo a la literatura gótica inglesa del XIX que al maestro de Providence. Aunque sin duda el tío Howard asoma en el ambiente, en esos nubarrones terribles que ensombrecen el cielo sin piedad alguna. Me alegra descubrir que Lovecraft no se termina nunca y me conforta ver que su mundo tremendo y pesimista no se desvanece en el soplo de ignorancia que nos azota el cogote. Y me siento contento al comprobar que a Lovecraft se le puede fusionar con los clásicos, con algo de Kipling incluso, y me maravilla constatar que la cultura inglesa es capaz de cuestionar su historia. eso es algo que deberían apuntarse por estos lares, tan dados al autobombo y al victimismo: los guionistas ingleses saben tratar el asunto.
En la historia de Remember me hay muchos elementos, y no todos son meritorios (porqué también hay un cierto sentimentalismo), pero hay una pregunta punzante que cuestiona el pasado colonial y plantea una metáfora que es, quizás, lo mejor de toda la historia. Los países colonizadores ¿arrastran una culpabilidad que no se marcha nunca? Y otra que creo muy interesante ¿deben pagar los ingleses de hoy las culpas de sus abuelos? Es decir: ¿tiene sentido que alguien que no fué un colonizador pida perdón por un crimen que no cometió?. Eso me lleva a pensar en ciertas cuestiones españolas, en las que, a veces, se plantea si alguien que no es un asesino debe pedirle perdón a otro alguien que no fue jamás una víctima. ¡Ay, el espinoso asunto de memoria histórica! Quizás sea pensando en esos términos que "Remember me" me ha parecido una buena serie, en el sentido de qué fomenta el pensamiento y las preguntas.
Y, además, se habla sin tapujos de las miserias de la vejez, de los asilos para ancianos, del rol de nuestros abuelos, de las grietas en el concepto de la asistencia social y la geriatría.
Tras ver la serie, me planteé durante unas horas escribir algo parecido, sin temor al plagio, referido a la Cataluña de hoy mirando hacia atrás, la guerra civil y los nacionalismos y todo eso. Luego se me pasó. Creo que los editores de aquí no estarían muy atentos a mi propuesta. Estuve pensando en la canción "Scarborough Fair", que se usa en la serie como leitmotiv. Pensé en "El testament d'Amèlia" (aquí en la versión de Serrat), que también es oscura, para mi plagio. Luego, por fin, me fui a la cama y soñé con Los mitos de Cthulhu tan magníficamente editados por el gran Rafael Llopis.
Tampoco yo soy de series. En realidad no me place la tele. Acaso alguna peli, siempre francesa, no se porqué, quizá porque siempre se hay trios enmerdados. Él y dos más. Ella y dos más. Él que engaña a ella mientras ella lo sabe y de retruc engaña a él... y poca cosa más. Las series me dan yu-yu, nunca terminan y, si lo hacen, es para empezar otra saga al año siguiente.
ResponEliminaAhhh, si, alguna argentina siempre que el protagonista sea Ulises Dumont. Me gustan gordos, cojos y bajitos, toda la antítesis de los Bardem.
salut
De tele, nada. Eso es Filmin, una plataforma fantástica en la que hay un montón de cine francés, italiano y español. Te lo recomiendo. Por pocos euritos al mes.
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